Estación de esquí con tradición y encanto
Los que prefieran practicar esquí en pistas de menor dificultad también se encuentran como pez en el agua en Val d’Isère, y es que no es extraño encontrar juntas en una misma ladera pistas rojas, azules y verdes. Directamente desde la estación de Val d’Isère se puede llegar rápida y fácilmente a cualquiera de las áreas de la zona de esquí. Por ejemplo, el funicular subterráneo Funival lleva a los esquiadores desde el distrito La Daille hasta Rocher de Bellevarde; desde Joseray una telecabina sube hasta la cumbre y otra telecabina y un telesilla con protección contra el frío y la lluvia asciende hasta Tête du Solaise; y desde el barrio Le Fomet lleva a los esquiadores a Col de l'Iseran. Otra de las muchas ventajas de Val d’Isère es que en los remontes no suele haber colas de espera y que, de las 67 pistas en total con las que cuenta la estación, 15 están reservadas completamente para los principiantes que, además, tienen 7 remontes con las que pueden subir de forma completamente gratuita desde la estación.
Pasar las vacaciones de esquí en Val-d’Isère no solo merece la pena por su excelente oferta en pistas y por las innumerables ventajas que ofrece este dominio de esquí, sino porque, a pesar de toda su infraestructura moderna, Val-d’Isère ha sabido conservar con encanto las huellas de su pasado y ofrece un marco único e incomparable en el que disfrutar de un entorno auténtico y original. El casco histórico del pueblo, del que destacan algunas casas saboyanas tradicionales, una pequeña iglesia con cementerio, así como la capilla de Saint Roche, erigida en 1653 para proteger a la población de la peste, conforman el corazón del elegante y exclusivo municipio de Val d’Isère. Además, su arquitectura característica marcada por un estilo rustico, en el que predominan la madera, las piedras y los tejados de pizarra, se impone en toda esta localidad, dividida en los dos distritos La Daille y Le Fornet. Además, sus pequeñas boutiques, junto con sus cafés, creperías, pastelerías, asadores, tiendas de deporte y galerías comerciales contribuyen a crear un excelente marco de ocio que hace que Val-d’Isère, sea, más allá de la pista, un lugar ideal para pasar unas vacaciones de esquí perfectas e inolvidables.
Con 28.000 camas en total repartidas entre hoteles de distintas categorías, chalets tradicionales, apartamentos y pisos acogedores y casas espaciosas de alquiler conforman una amplia y variada oferta de alojamientos para todos los gustos. A propósito, la mejor forma de llegar a Val d´Isère es tomar en Albertville la autovía N90 en dirección a Aime y Bourg-Saint-Maurice.
Estación de esquí con historia
La historia de Val d´Isère como estación de esquí comienza en 1934, como lo atestiguan todavía los impresionantes restos del enclave original de esta localidad emplazada en el valle del Isére en la Tarentaise, a la que desde 1937 se puede acceder por el puerto de montaña transitable más alto de los Alpes que transcurre por el Col de l’Iseran y sus 2.770 metros de altura. Este puerto, que une las provincias Tarentaise y Maurienne, ha formado parte a menudo de las etapas del Tour de Francia.