Diversión en las pistas hasta entrado el verano
Si queremos describir en una frase la zona de esquí La Plagne, podemos compararla con un inmenso anfiteatro que confluye en dos grandes escenarios principales, separados por una saliente rocosa. De un lado se encuentran Plagne Village, Plagne Centre, Plagne 1800 y Aime La Plagne – del otro lado Bellecôte y Belle Plagne. No es de extrañar que la oferta de pistas en La Plagne ofrezca numerosas posibilidades a los esquiadores de todos los niveles. Desde las alturas del glaciar Bellecôte hasta las soleadas rutas sureñas en dirección a Champagny. Los esquiadores y snowboarders pueden retozar en el glaciar incluso en verano de julio a agosto. Las 130 pistas de la zona de esquí La Plagne en el valle de Tarentaise tienen un acceso rápido y cómodo con más de 110 sistemas de elevación. Además del glaciar Dome de Bellecôte, un total de 70 cañones de nieve se ocupan de la nieve segura y la diversión en las pistas.
Gracias a la cantidad de pistas de todos los grados de dificultad, en la estación de esquí La Plagne existe lo indicado para el gusto de cada esquiador y los turistas pueden disfrutar un máximo de esparcimiento. Incluso los esquiadores principiantes pueden disfrutar un descenso desde la cumbre a pesar de que las pistas se tornen más difíciles a medida que son más elevadas, ya que también aquí existen muchas pistas azules como por ejemplo en Roche de Mio a 2.700 metros de altura.
Para los esquiadores expertos, principalmente el glaciar Bellecôte es una verdadera meca y ofrece el descenso más largo de la estación de esquí La Plagne desde Bellecôte hacia Montchavin con un total de 15 kilómetros de extensión. Pero a la exigencia de los auténticos esquiadores profesionales responden también las 32 pistas rojas y negras con diferencias de altura parcialmente considerables, desde las cuales el descenso hacia Champagny la Vanoise por la pista roja Mont de la Guerre es, sin dudas, un punto destacado.
En una estación de esquí de estas dimensiones incluso los aficionados a la nieve profunda sienten que no desperdiciaron su dinero y tampoco deberían perderse el descenso a través del glaciar Cul du Nant hacia Champagny y la pequeña pared norte de Bellecôte hacia Nancroix y Peisey, en el cual es aconsejable ir acompañado de un instructor de esquí. Para los principiantes de la nieve profunda son adecuados en cambio los caminos algo más sencillos a través del bosque hacia Montchavin y Les Coches.
Con el fin de ofrecer entretenimiento también a los deportistas de invierno que salen solo con una tabla, la estación de esquí La Plagne está equipada no solo con su enorme selección de pistas sino también con parques de nieve y trayectos de boardercross en Bellecôte, Montchavin y Champagny en Vanoise. Al natural y equipado con muchos saltos y barandas, es especialmente recomendable el parque de nieve en Belle Plagne, que se abre paso entre pinos y alerces e incluso ofrece un equipo de música y una barbacoa.
Y por último pero no menos importante, los aficionados al esquí de fondo están en La Plagne en el sitio indicado. Más de 80 kilómetros de esquí de fondo preparados de la mejor manera permiten los paseos más diversos, en parte a 2.000 metros de altura. Además de rutas cortas para principiantes, por ejemplo se encuentra a disposición una pista de esquí de fondo XXL que atraviesa la estación de esquí en toda su extensión desde Montalbert hasta Nancroix. También existe esquí de fondo en Champagny, donde en cinco circuitos de esquí de fondo de 35 kilómetros de extensión puede explorarse la encantadora región de Champagny le Haut.
En el complejo de esquí La Plagne naturalmente también se ha pensado en los deportistas de invierno más pequeños. En todas las estaciones del complejo de esquí se encuentran guarderías infantiles y en algunos lugares ya se ofrecen posibilidades de cuidado a partir de los seis meses para los pequeños esquiadores.
Aventura après ski en la pista de bobsleigh
Como una de las estaciones más placenteras de la zona de esquí La Plagne, Belle Plagne se caracteriza por pequeñas casas típicamente regionales revestidas en madera con torrecillas, voladizos y frontones. Al mismo tiempo, modernas galerías de compras invitan a darse una vuelta independientemente del tiempo y numerosos cafés y pubs a una pausa distendida. Quien desee un programa après-ski algo más activo puede elegir entre una vuelta por la pista de patinaje sobre hielo, una excursión con raquetas de nieve, una visita al centro de fitness o un paseo en motonieve.
Los especialmente osados pueden animarse a volar en aladelta o hacer parapente, o explorar el jardín con cuerdas de altura de Belle Plagne. A 25 metros sobre el suelo puede admirarse aquí el Vallon de l’Ours, el valle de los osos, sujetado firmemente de una cuerda.
Quien prefiera algo menos aventurero puede comenzar el atardecer con una visita al cine, una ronda de bowling o un tratamiento de wellness en el spa y luego finalizar la jornada en uno de los muchos restaurantes y bares.
Sugerencia especial: Para todos aquellos que buscan actividad deportiva y una auténtica aventura más allá de las pistas, La Plagne tiene además un punto de interés relevante. La famosa pista olímpica de bobsleigh, que fue construida en el marco de los juegos olímpicos de invierno de 1992 en Albertville, ofrece la oportunidad única de convertirse en corredor de bobsleigh por un día. En una extensión de 1.500 metros con una pendiente de 14,5% así como 19 curvas, los valientes y los fanáticos de la velocidad pueden elegir entre cuatro tipos de descenso diferentes: ya sea en trineo a lo largo de una pista helada de 400 metros, con el Bob Raft (un vehículo acolchado de desarrollo propio, que corre descendiendo el canal a 80 kilómetros por hora pero completamente sin peligro, o con el Taxi Bob (a 130 kilómetros por hora). Quien busque un verdadero desafío puede animarse también a andar en skeleton, para lo cual irá acostado sobre un trineo plano con la cabeza hacia delante en la dirección de marcha. Pero para quien el bobsleigh le resulte en la práctica demasiado aventurero podrá informarse a su vez en una exposición acerca de la pista de bobsleigh y de los juegos olímpicos de 1992 en el Centre Média Sport en La Roche.
