Descenso al valle a pleno atardecer
La zona de esquí de Chamrousse es especialmente famosa por sus descensos olímpicos, en los que el esquiador francés Jean-Claude Killy consiguió nada más y nada menos que tres medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1968, y entre los que también se encuentra uno de los descensos olímpicos más difíciles de todos los tiempos, la legendaria pista Casse-Rousse con 850 metros de diferencia de altura y 4.000 metros de largo. Si bien los esquiadores más ambiciosos tienen muchos otros descensos negros y rojos de gran dificultad, sobre todo, en el distrito Le Recoin de Chamrousse, por debajo de la cumbre Croix de Chamrousse, y es en el otro distrito de Chamrousse, en Roche Béranger, donde se encuentran las pistas de baja o mediana dificultad, ideales para principiantes y familias, así como fascinantes bosques montañosos y laderas sin árboles ideales para los amantes del carving. Pero no solo eso: la zona esquí de Chamrousse cuenta también con pistas especiales para practicar esquí cross, laderas de nieve en polvo y pistas de eslalon entre sus muchos atractivos.
Otra de las muchas virtudes de esta zona de esquí olímpica es que, como en las laderas que descienden a Chamrousse se puede disfrutar del sol hasta bien entrada la tarde, no es inusual que los esquiadores puedan hacer su último descenso a pleno atardecer, por lo que el nombre de esta zona de esquí que, traducido significa “campos rojos de nieve” está más que justificado. Y, quien quiera disfrutar de un maravilloso descenso nocturno, puede admirar en su bajada al valle el mar de luces brillantes de la cercana Grenoble.
Chamrousse se ha ganado entretanto también un nombre como “espace freestyle” ya que, además de numerosas laderas de nieve en polvo, también tiene para los amantes del snowboard varios parques de snowboard con muchos raíles, kickern, slides, jumps, una halfpipe y un parque infantil de snowboard para los más peques.
Los amantes del esquí de fondo, por su parte, pueden explorar los maravillosos alrededores de Chamrousse a lo largo de una pista de esquí de fondo de 55 kilómetros perfectamente trazada y acondicionada, por ejemplo, desde un macizo frondoso ubicado a las afueras de Roche Béranger. Y, para los esquiadores de fondo más ambiciosos, Chamrousse ofrece también una pista de skate de 37 kilómetros de largo y, para los visitantes de cuatro patas, incluso una pista para perros. Asimismo, la pista Astragale, de 9 kilómetros de largo a 1.600 metros de altitud, resulta ideal para realizar una ruta más larga.
El hecho de que Chamrousse le da una importancia especial a las familias lo prueba, por ejemplo, la distinción “Les p´tits montagnards” que solo se concede a estaciones de esquí especialmente atractivas para niños y familias como Chamrousse que posee una zona para practicar especialmente destinada a los niños, una guardería para los más peques y una escuela infantil, y no exige forfait a los menores de 6 años.
Aventura garantizada sobre y bajo el hielo
En Chamrousse, la diversión está garantizada para grandes y pequeños también fuera de las pistas. De hecho, los más aventureros, por ejemplo pueden tirarse por una de las pistas de trineo de la zona de esquí, dar un paseo en moto de nieve, atreverse a conducir un coche sobre hielo, dar un paseo en un trineo tirado por perros o, incluso, sumergirse bajo el hielo en unos cursos especiales. Y, quienes prefieran actividades más relajadas, pueden hacer senderismo con o sin raquetas de nieve o practicar la marcha nórdica en alguno de los muchos senderos trazados, pasárselo en grande patinando sobre hielo y jugando a los bolos sobre hielo, visitar unas cataratas de los alrededores y dejarse impresionar por un escenario natural de extraordinaria belleza, o bien disfrutar de los centros deportivos de Chamrousse como, por ejemplo, un parque acuático, una pista de patinaje sobre hielo, pistas de tenis o un gimnasio.